Espero que estéis todos bien y llevando esta situación
lo mejor posible.
Os tengo a todos muy presentes.
¡Cuidaos mucho!
Continuamos repasando las
unidades de este trimestre, especialmente, la Semana Santa, para ello, hoy os
dejo los enlaces de las parábolas de Jesús que dan a conocer el perdón de Dios.
Recordamos que La Cuaresma es un
tiempo del año litúrgico en el que los cristianos recordamos los cuarenta días
que Jesús pasó en el desierto. De esta manera nos preparamos para vivir la Semana
Santa.
La Iglesia nos enseña lo mismo
que Jesús:
el camino de la conversión y
de la penitencia.
En ese tiempo, la Iglesia nos
llama a cambiar nuestro corazón como Jesús nos enseñó en el Sermón de la
Montaña:
con la oración, la limosna y
el ayuno (Mt 6,1-18).
Dios nos quiere siempre,
también cuando nos portamos mal, le desobedecemos y nos alejamos de Él: eso es
su misericordia. Nos acoge con amor y alegría cuando volvemos a Él. En el
Evangelio se recogen varias parábolas de Jesús que nos dan a conocer la
misericordia y el perdón.
LAS
PARÁBOLAS DE LA MISERICORDIA:
La parábola de la oveja perdida:
A un hombre que tiene cien
ovejas se le pierde una y no duda en dejar las noventa y nueve en el campo para
buscar a la descarriada. Cuando la encuentra, se llena de alegría, la carga
sobre sus hombros y la lleva a su casa. Luego lo cuenta a sus amigos y vecinos.
La misma alegría tiene una
mujer que extravía una moneda y barre toda la casa hasta que la encuentra (Lc
15,3-10).
La parábola de “El hijo pródigo”:
El padre acoge con misericordia al hijo
que le había abandonado, pero además le pide al hijo mayor que se alegre por el
regreso de su hermano. De esta manera nos enseña a ser también misericordiosos
con los demás. (lc 15,25-32).
La parábola del Fariseo y el publicano:
Dios mira con misericordia y perdona al que reza con
humildad y está arrepentido de sus pecados, no al que piensa que todo lo ha
hecho bien y no tiene nada de qué arrepentirse.( Lc 18,9-14).
Después de su Bautismo, Jesús pasó
cuarenta días de oración y ayuno en el desierto antes de empezar a predicar el
Evangelio. Luego comenzó a anunciar el Evangelio y a llamarnos a la conversión
y a la penitencia.
La conversión consiste en volver hacia
el Señor y pedir perdón por nuestros pecados.
Mucho ánimo que ya va quedando
menos.